Resolución sobre la Actividad de la Antigua IU-CM en el Ayto. de Boadilla

04/04/2016
El pasado 24 de mayo, muchos vecinos de Boadilla del Monte recibieron con ilusión cómo, aparentemente, la izquierda rupturista obtenía una representante en el Ayuntamiento de la localidad, por primera vez en 20 años. Los esfuerzos de la militancia de Izquierda Unida de Boadilla por advertir de la verdadera cara de una lista jamás aprobada por la asamblea local, no bastaron para evitar que las manos equivocadas recogieran el duro trabajo de años, llevado a cabo en uno de los municipios más conservadores de todo el Estado español. 
 
Apenas diez meses después de la toma de posesión de Beatriz Martínez como concejala en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, votantes, simpatizantes e incluso todos y cada uno de los miembros de los grupos de la oposición formulan una y otra vez la misma pregunta a la asamblea local de IU: “¿de verdad no podéis hacer nada?”. 
 
Los comportamientos bochornosos y alejados de los valores que la edil de IUCM-LV (única adscrita al Grupo Mixto) dice defender, se han plasmado en una serie de mociones conjuntas con el Partido Popular en un municipio que, de un tiempo a esta parte, ha pasado de constituir un hogar para la corrupción a convertirse en la reserva espiritual del aguirrismo y el conservadurismo más retrógrado, integrista religioso y autoritario. 
 
La primera actuación conjunta del Grupo Mixto con el PP sirvió para aprobar una moción por la que se instaba al Congreso de los Diputados a establecer por ley la incompatibilidad “de tener un cargo público y al mismo tiempo ejercer como abogado defensor de un imputado por caso grave de corrupción". Sin nombrarla explícitamente, la iniciativa disparaba contra una relación abogado/denunciante muy concreta que resultó fundamental para destapar el Caso Gürtel. Desde entonces, a esta moción la han seguido otras por las que el propio Grupo Mixto promovía el Plan de Empleo ya caducado que puso en marcha Ignacio González, o alababa las credenciales medioambientales de un PGOU que abre la puerta nada menos que a duplicar la población de Boadilla.
 
Esta forma de conducirse dentro de la institución se ha visto acompañada por acciones como el nombramiento de una tercera persona que participara en su lugar en la Comisión de la EMSV, impidiendo con este acuerdo que otros partidos sí entraran en ella para ejercer su labor de control; por las acusaciones públicas de acoso que Beatriz Martínez ha vertido contra la asamblea local de IU, así como contra todos y cada uno de los tres grupos de la oposición en el Consistorio; e incluso por declaraciones como la pronunciada durante una Comisión Informativa de Servicios a la Ciudad, ante el debate provocado por la intención de instalar una gasolinera a apenas 30 metros de unas viviendas: “hay que proteger los derechos del empresario, ellos también tienen todos los derechos del mundo”.
 
Esta resolución no surge con el espíritu de reivindicar derechos violados ni rememorar disputas por listas. Con su aprobación, las gentes de Izquierda Unida en Madrid sencillamente establecen los actos por los que cualquiera reconocerá a un militante o cargo público de IU: siempre estaremos con quienes luchan contra la corrupción, no con los que la niegan o la ocultan; defenderemos el empleo estable y de calidad, en vez de otras fórmulas discutibles; y siempre nos verán con los vecinos y trabajadores, nunca con un empresario que esté siendo objeto de contestación social.
 
Tenemos sobradamente comprobado que los votantes y simpatizantes de IU en Boadilla del Monte no entienden de desvinculaciones, reafiliaciones, Consejos Políticos ni patentes de marcas; ni tienen por qué entender de tales entresijos. Por eso, si queremos conservar su confianza, debemos darles el único mensaje inequívoco que han esperado durante meses: Izquierda Unida rechaza la actividad política realizada por el Grupo Mixto en el Ayuntamiento de Boadilla y se desmarca de ella sin ambigüedades, porque no responde al programa socialista, feminista, ecologista, anticapitalista y municipalista que se esfuerza por defender.